Versatilidad de la literatura medieval. (Introducción)

A lo largo de los siglos, desde su creación, el arte -incluidos en ellos la literatura-, han sido un método para la entretención, comunicación y expresión de los seres humanos, y si somos más abiertos a las magnificencias de la selección natural, tal vez también de otros animales. Sea como sea, el ser humano es el que más ha destacado por sus obras artísticas. Por más que podamos encontrar belleza en el canto de una bandada de pájaros al unísono, o en el canto de las ballenas en los adentros del mar, no tienen cabida en la competencia con hasta la más paupérrima sinfonía de Beethoven o Mozart, o por qué no, no tienen ni comparación con el simple canto y ritmo que pueden hacer un par de humanos, con sus manos, bocas y un poco de sinergia entre ellos. El arte siempre ha querido siempre ser interpretado por los humanos. Recordemos que un factor importante de nuestra especie es la versatilidad de nuestra comunicación. Nuevamente, podemos regocijarnos profundamente con la complejidad que de la comunicación de los perros (como con el significado que pueden tener sus movimientos de cola o el olor de sus traseros), o los gritos que pueden hacer ciertas especies de primates, cada uno siendo diferente dependiendo del depredador que los aceche en ese momento. Sin embargo, ¿alguien me podría explicar que significa “La Noche Estrellada” de Vincent Van Gogh?



Dudo que sea una señal de identificación como la que tienen nuestros amigos caninos, o que hay un tigre al acecho a solo unos metros de nosotros. Para nada. Acá la comunicación entra en una fase un tanto difusa, gracias al poder del arte y de un concepto que se le suele asociar a él, la abstracción. Quizás, dialogando horas y horas con el pintor neerlandés podamos comprender qué es lo que quería comunicar con su pintura, o simplemente, qué es lo que quería expresar en ese momento. Puede que tenga unas relaciones particulares con ese tipo de noches, o en un momento determinado, cierto paisaje nocturno cautivó tanto su mente que decidió cuál sería su siguiente obra. Lamentablemente, no tenemos a Vincent vivo para saberlo con certeza. Naturalmente, las pinturas probablemente no son el mejor medio para la comunicación con los demás.


No obstante, hay un tipo de arte que suele ser más fácil de interpretar que las pinturas: la literatura. Nuestra comunicación puede subsistir gracias a una poderosa herramienta, llamada lenguaje. Gracias a este maravilloso superpoder -mirando a los demás animales, sí, es un superpoder-, podemos expresar cuando queremos que Juan nos pase la sal que está al otro lado de la mesa, o decirle a María si nos puede acompañar a comprar la comida de la casa. Y de igual forma, al igual que en el arte de las pinturas, podemos llegar a niveles de abstracción bastante altos, como en  la poesía o en obras un tanto esotéricas, o cuanto menos incomprensibles a simple vista. A veces esa abstracción nos puede ayudar a crear obras que nos han ayudado a calmar nuestro sufrimiento en épocas duras, tan solo con sus simples lecturas. Lo es cuando los autores hablan del sufrimiento en sí, o, en otros casos, cuando se relatan formas de eludirlo. 

  

Si en nuestra época la vida puede ser considerada difícil, imagínate como fue en el medioevo. Afortunadamente, en estas épocas, la mayoría de personas no tienen que estar preocupadas si podrán comer un trozo de pan en su día a día, además de no tener el infortunio de tener que usar la misma ropa toda su vida. Sin embargo, en la época medieval, esto era el común de las personas. A esto sumémosle las continuas guerras entre los imperios que habían, provocando continuas angustias por ver a sus familiares partir cada cierto tiempo… o no. Tal vez la guerra puede ser una oportunidad para alcanzar la gloria, o la muerte puede ser solo el pase para conocer al amado Dios que te acompañó durante tus momentos más difíciles, o por qué no, quizás la vida es una desgracia completa, pero nos podemos echar unas risas en medio del hambre.  Sea como sea, la literatura del medioevo nos refleja como las condiciones de vida de ese entonces y el sufrimiento natural acatado por estas, se les hacían “la vista gorda” a través de ciertos medios, los cuales algunos prevalecen hasta el día de hoy.




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